Desde muy jovencita visitaba los barrios de los ricos para observar sus casas: las cristaleras, la altura, las paredes y la distribución.
Luego tuve una amiga arquitecta a la que solía visitar para ver sus planos e imaginar cómo vivían las personas allí: paseaba por los pasillos, abría las ventanas, disfrutaba la sala, etc.
Llegué a pensar en estudiar arquitectura, pero me decanté por el diseño de interiores e hice varios máster en decoración e interiorismo.
Mi profesión me encantaba.
Solo había algo que me faltaba y no sabía que era.
Hasta que descubrí el Feng Shui y las piezas encajaron a la perfección.
Me formé con diferentes maestros y en diferentes escuelas. Viajando para hacer cursos, haciendo cursos online…Durante los siguientes años todos mis ahorros se fueron en formarme.
Empecé trabajando con particulares, locales comerciales y oficinas.
Cuando me convertí en conferencista, recibía comentarios de personas que querían aprender conmigo.
«Gloria, yo quiero hacer lo mismo que tú y quiero que me enseñes».
Esto me motivó a fundar la Escuela Profesional de Feng Shui.