Cuando alguien visita una vivienda para comprarla o alquilarla no sólo ve la casa, si no que también la siente. Se imagina cómo sería su vida ahí, cómo viviría en su nuevo hogar.
¡Ahí es dónde entramos nosotros, a conseguir que el comprador o el inquilino tenga esa sensación de… me encanta! Esa sensación la percibe en los 10 primeros minutos de la visita y es cuando la vivienda tiene que desplegar su mayor encanto.
Desde hace cientos de años el Feng Shui es un gran aliado para activar la venta de casas, para ayudar a familias a preparar lo que fue su hogar.